Nada se desperdicia, todo se aprovecha. El leitmotiv que
guía a industriales y productores tucumanos de caña de azúcar dinamiza al motor
de la economía regional que ocupa la mayor superficie productiva de la
provincia. El cultivo, que es identidad para Tucumán, no sólo es azúcar, hoy
representa una alternativa productiva ecológica que tiene futuro, a través de
la cogeneración energética y de una infinidad de subproductos.
Los ingenios que conforman este sector industrial poseen una
heterogénea capacidad de molienda. Las inversiones están orientadas a la
producción de químicos, bioetanol y cogeneración de energía eléctrica renovable
mediante la biomasa. Sus hojas y el bagazo, sirven de alimento para el ganado.
A partir de las mieles y azúcares se fabrican confites, dulces y bebidas. La
fibra del bagazo sirve para la fabricación de aglomerados, papel y films.
Bienes que son el resultado de las investigaciones tecnológicas impulsadas por
organismos públicos y privados.
Caña en números
La producción de caña y el complejo industrial azucarero de
Tucumán, es una de las actividades con mayor incidencia económica. De acuerdo a
la revista del Ministerio de Desarrollo Productivo, Tucumán, Polo de Inversión
Productivo 2015/2016, el azúcar arrojó los siguientes números:
15 son los ingenios azucareros que están en actividad en
Tucumán.
271.300 son las hectáreas plantadas en la provincia.
16.000.000 de toneladas son las producidas en cada campaña.
6.400 productores trabajan en nuestro terruño.
60 % de la producción nacional de etanol se genera en la
Provincia.
Ecoindustria: un modelo de negocio
En el marco del inicio de la zafra 2017, el gobernador, Juan
Manzur, pidió a los empresarios “confiar en la tecnología para ampliar el área
de producción azucarera en Tucumán”. Inclusive, llamó a conquistar otras
regiones que no tienen tradición cañera, al tiempo que recomendó “no tener
miedo a los cambios vinculados a la nueva genética, porque significa
incrementar la producción”.
En 2019, Tucumán estará en el centro de la escena azucarera
mundial cuando se realice el Congreso Internacional de Caña de Azúcar. Así lo
destacó, tiempo atrás, el ministro de Desarrollo Productivo, Juan Luis
Fernández, al resaltar la designación de la provincia como sede del encuentro
que reunirá a 2.500 expertos del mundo.
Álvaro Simón Padrós, secretario de Desarrollo Productivo,
manifestó que el futuro del complejo sucroalcoholero está en la cogeneración de
energías renovables porque es una de las primeras preocupaciones de los países
que apuestan a prevenir el calentamiento global. “Es una forma responsable de
dar sustentabilidad al planeta. Argentina tiene una matriz energética reducida
que bien podría ser paliada a través del aporte tucumano por medio de la
biomasa”, declaró.
Emilio Luque, flamante propietario de los ingenios
Concepción y Marapa, dos de los más grandes de la provincia, manifestó que para
esta temporada está previsto moler más que en la campaña anterior y planifica
ampliar inversiones en las fábricas.
“Tucumán está marcando la cancha al decidir sobre las leyes
del alcohol y azúcar. Tucumán tiene el 65 % de participación nacional en la
producción de azúcar. Se abren las posibilidades para exportar porque los
precios – del endulzante- son rentables”. Y amplió: “el etanol hizo que la caña
sea una inversión sumamente atractiva. El alcohol vino para quedarse porque es
un gran sustituto de energía. Pensamos seriamente agrandar las destilerías”.
Luque dijo que el gobernador abrió las puertas a las
propuestas ‘coherentes’ e incentivó la producción, a través del trabajo
conjunto entre el Estado y los privados.
“El futuro del negocio es un combo. Para ser rentable lo que
debe hacerse es aprovechar al máximo la biomasa”, explicó a Clarin, Jorge
Rocchia Ferro, titular del grupo Los Balcanes, que en 2014 anunció la inversión
de U$D 50 millones en el ingenio La Florida para la generación de energía.
Bioetanol, una alternativa para el sistema energético
nacional
La producción de etanol de caña ha permitido una sustancial
valorización de los excedentes productivos. El pedido de aumento del porcentaje
de biocombustible en las naftas constituye una reivindicación que Tucumán
alcanzó gradualmente.
Alconafta: primero se estableció un porcentaje de 5% como
mínimo en 2006; luego se aumentó a 10% en 2014; y, en el 2016, en una decisión
que promovió el gobierno de Juan Manzur, la Nación elevó a 12% el corte de
bioetanol en los combustibles. Ahora buscan subir un 2% para este año.
Generación eléctrica: con la co-generación de energía
eléctrica, a partir de biomasa generada por la quema de bagazo y residuos de la
caña, nuestra provincia incorporó un producto más a su cartera de negocios que
pasará a sumarse al sistema energético nacional. Son varios los ingenios que
readecuaron sus instalaciones en los últimos años para hacer su aporte al país.
Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres
Tucumán es el mayor productor de azúcar del país, pasando de
los 2.960 kg por hectárea promedio de 1.980 a los 5.870 de la actualidad, con
picos récord como el de 2006, cuando se alcanzaran los 7.780 kg de azúcar por
hectárea, informa el sitio oficial de la Estación Experimental Agroindustrial
Obispo Colombres (EEAOC).
Instituto de Promoción del Azúcar y Alcohol
El Ipaat, es otra de las instituciones que promueven el
abastecimiento del mercado interno nacional de azúcar y alcohol, en resguardo
del derecho de los consumidores. Estimula la producción de alcohol y bioetanol
para combustible elaborado a partir de caña de azúcar, conforme la Ley
Provincial Nº 8054 y las Leyes Nacionales Nº 26093 y Nº 26334. Colabora con el
fortalecimiento de los pequeños productores cañeros, característicos de la
estructura productiva y social de Tucumán.
¿Cuál es la superficie declarada con caña de azúcar por
departamentos?
Según los datos extraídos del Programa para Incrementar la
Competitividad del Sector Azucarero (Proicsa), publicados por el Rides (Sistema
de Información para el Desarrollo Productivo) en noviembre del 2016, los 10
departamentos más productivos son: Monteros, Simoca, Chicligasta, Leales, Cruz
Alta, Famaillá, Lules, Alberdi, Río Chico, Burruyacú.
Golosinas y gaseosas con acento tucumano
La planta Misky que Arcor tiene en Lules, se convirtió en
una de las principales productoras de alimentos del país que se elaboran a
partir de azúcar proveniente del ingenio La Providencia.
La multinacional Arca Continental, la segunda embotelladora
de Coca Cola más grande de América Latina, y el Grupo Minetti cerraron acuerdos
por el traspaso del ingenio La Fronterita a partir de la zafra de este año. La
operación involucró una inversión cercana a los U$S 40 millones y se empleará
para la provisión de azúcar para las embotelladoras del conocido refresco.
Producción de papel y derivados
En Lules, la Papelera Tucumán produce papel para Argentina,
el Mercosur y el mundo. Gracias a su potencial humano, a la inversión
tecnológica y al cuidado del medio ambiente, mediante la utilización de fibras
de caña de azúcar, uno de los principales recursos fibrosos renovables, hoy
elabora ocho productos con excelente inserción en los mercados.
Papel multipropósito, ideal para el uso doméstico en
impresoras y fotocopiadoras. Papel obra o bond, ideal para la elaboración de
cuadernos, rollos, formularios continuos, libros escolares y agendas. Papel
editorial para la confección de libros. Papel pack, ideal para embalajes y
envoltorios. Liner blanco y marrón, cartón corrugado empleado para cajas utilizadas
con fines comerciales, transportes de mercancías y correos postales.
Un informe publicado por la Universidad Nacional del Litoral
explica las ventajas del aprovechamiento de las fibras y la hemicelulosa
extraídas del bagazo, una fibra biodegradable, compostable y reciclable.
Dos empresas en el país lo producen unas 400 toneladas de
papel/día
El empleo de bagazo supone un 25 y 30 % de la producción
nacional de pulpa virgen para papel.
Las propiedades mecánicas de los papeles reciclados pueden
mejorarse con la ayuda de las hemicelulosas.
Gracias al bagazo se pueden obtener películas e hidrogeles
resistentes empleadas en embalajes, recubrimientos de alimentos o aplicaciones
biomédicas, como parches para terapia transdérmica o recubrimientos para la
liberación controlada de drogas.
Fuente: Abogados Tucumán